A diario observamos como se confunden términos, conceptos, ideas.
Todo ello es provocado desde el más absoluto desconocimiento; es suficiente con que una parte de quienes manejan a la opinión pública hagan dos o tres comentarios equivocados y a partir de ahí una catarata de errores de apreciación pueden caer sobre un jugador, un entrenador, un equipo, o lo que sea.
Ejemplo: “LOS BASES DIRECTORES DE JUEGO”
Parece una verdad “absoluta” que se reitera hasta el cansancio: “Los bases que anotan no dirigen bien a su equipo”.
Entonces nos encontramos a veces, con bases que anotan cuatro puntos y se les puede colocar el cartel de directores de juego. Ya cumplen con una premisa: como anota pocos puntos, se puede decir de él que es un buen director de juego.
(Si anotara más, no lo sería).
Absurdo por donde se lo mire.
En realidad estos hechos no siempre coinciden; por supuesto que hay bases capaces de anotar y de dirigir correctamente a su equipo.
Otro ejemplo es cuando vemos a algún jugador haciendo algunos aspavientos, exagerando la postura defensiva y echándose encima del atacante, y se dice de él que es UN BUEN DEFENSOR. Poco importa que cada vez que se pone tan pegado a su atacante éste se le vaya, o que no recupere balones.
No se tiene en cuenta cuantos balones recupera, como defiende el uno contra uno, como defiende sin balón, que conceptos maneja en su participación en la defensa colectiva.
¿Tanto cuesta analizar el juego?
Sería más importante detenerse a pensar, ver lo que sucede, y no limitarse a repetir lo que se dice por ahí o entrar en comparaciones absurdas, sin criterios válidos.
Reiterar tantas veces conceptos equivocados provoca confusión; y hace que se defina erróneamente a jugadores.
Aquello de que una mentira que se repite, al final se transforma en verdad.
Estas cosas dañan la reputación e imagen de cualquiera.
Es mejor observar y analizar, en definitiva, pensar por uno mismo en vez de que otros lo hagan por uno, que repetir lo que otros dicen.
En las retransmisiones de los partidos, se constatan pocos aportes válidos, que sirvan para enriquecer.
Por suerte, algunos hay.
Y no es necesario ametrallar al espectador solamente con conceptos técnicos; creemos que se trata de explicar lo que se ve del juego, opinar sobre los jugadores, planteamientos por parte de los entrenadores y comunicar todo esto de la forma más sintetizada posible y con lenguaje entendible.
No es mucho pedir, es lo mínimo.
jueves, 13 de diciembre de 2007
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